En esta pequeña pero valiosa franja de ecosistema costero encontramos las cuatro especies principales de mangle presentes en San Andrés, cada una con características propias y funciones ecológicas esenciales:
Mangle rojo (Rhizophora mangle)
Reconocible por sus raíces aéreas en forma de zanco, crece en las zonas más cercanas al agua salada. Sus semillas germinadas, llamadas propágulos, flotan hasta encontrar suelo fértil.
Mangle blanco (Laguncularia racemosa)
Tiene glándulas en la base de sus hojas para expulsar el exceso de sal. Es común en orillas de lagunas y zonas intermedias del manglar.
Autoria de las imagenes: Helena Mattos – Fundación Providence
Mangle negro (Avicennia germinans)
Se distingue por sus neumatóforos, raíces que sobresalen del suelo como tubos y permiten captar oxígeno en suelos inundados.
Mangle botón (Conocarpus erectus)
Aunque no es un mangle “verdadero” por no tener todas las adaptaciones, se asocia estrechamente al ecosistema y crece en zonas más elevadas y secas.